jueves, 25 de septiembre de 2008

IRSE DE PICOS PARDOS

En los siglos XIV y XV, las mujeres solían llevar como falda un lienzo de forma cuadrada, con una abertura en el centro. Esta abertura se ajustaba a la cintura y la falda resultante tenía cuatro picos.
En el Ingenio hidalgo don Quijote de la mancha se menciona la condesa Trifaldi y Cervantes detalla que lleva una falda con tres picos en vez de cuatro, pero con la misma estructura y tipo de tejido.
El
diccionario de la Real Academia de la Lengua decía que «"Andarse, o irse, a picos pardos" es frase con que se da a entender que alguno, pudiendo aplicarse a cosas útiles y provechosas, se entrega a las inútiles e insustanciales, por no trabajar y por andarse a la briba.».
Luis Montoto Rautenstrauch (
Sevilla, 1851 - 1929), escritor, paremiólogo y folclorista español en Un paquete de cartas escribe: «Los picos o los mantos con picos pardos fueron, según leí, no recuerdo en cuál autor, distintivo de las mujeres de vida airada, mozas de partido, etc. Es decir meretrices.
En tiempos pasados, las tales tenían que vestir como se les ordenaba. Según las Ordenanzas de la Casa Pública de Sevilla, no habían de usar vestidos talares, ni sombrillas, ni guantes, sino una mantilla para los hombros, corta y encarnada.».
Carlos III impuso a las prostitutas la obligación de distinguirse mediante sayas de color pardo cortadas por los bajos en picos, aunque también se dice que "Ir de picos pardos" tiene que ver con las costumbres ligeras de los estudiantes del Siglo de Oro y sus acompañantes. Ellas, para identificar su condición de rameras, llevaban un cintillo pardo en el borde de la falda.
Ya en el
siglo XX, la frase se comenzó a usar por ambos sexos, como irse de parranda con personas del otro sexo.

Edu

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